
¡Hola! Esta es mi historia con el idioma Español y mi nueva vida en la Riviera Maya.
Las dificultades lingüísticas en mi nuevo hogar fue una de mis mayores preocupaciones a la hora de decidir vivir en la Riviera Maya. Pues, no es fácil mudarse a un nuevo país con una lengua distinta a las mías.
Había un punto que tenía a favor; el hecho de que a diferencia de Canadá, en México únicamente se tiene un idioma oficial: el español. Lo que me llenó de confianza e intentar aprender todo lo indispensable para preguntar por calles, direcciones, precios, teléfonos, etc.
Hace quince años visité México por primera vez. Vine a Playa del Carmen y Cozumel y descubrí que en la mayoría de los establecimientos hablan inglés de una manera muy certera. Desde el hotel y restaurante más lujoso hasta el vendedor ambulante con su carisma y acento particular.
Más allá del turismo
Sin embargo, sabía que una cosa es pasear un breve tiempo como turista en todas estas zonas y otra muy distinta vivir permanentemente en ellas y más allá de las mismas. Debía pensar en los bancos, los supermercados, los centros de entretenimiento y demás.
En mi primera visita aprendí a decir ¿cuánto cuesta?, hacia dónde está, comida… Pero poco antes de venir a vivir acá, comencé a usar una aplicación para manejar frases más completas que me podían ayudar en mi día a día.
Joce, mi agente de bienes raíces, también me ayudó mucho a comprender nuevas expresiones y me recomendó algunas escuelas y maestros particulares para adquirir el español.
Disipando los temores
Fue en mi día a día cuando realmente despeje mis dudas sobre las fronteras lingüísticas. Y es que aquí, la mayoría de las personas saben hablar un poco de distintas lenguas; desde el inglés hasta el Italiano y el francés. Poco a poco los miedos se disiparon y la confianza se apoderó de mí.
Si bien parece que no es un requisito que el personal de los cines (que solo son dos complejos), supermercados, bancos y demás complejos hablen 100% de inglés, todos son muy amables y atentos.
Siempre trato de comunicarme con mi insípido español. En el momento que tengo alguna dificultad la mayoría hace todo lo posible por encontrar la palabra que busco o bien comienzan a hablar en mi idioma. Incluso llaman a alguien que hable mejor el inglés, si ellos no entienden.
Maestros en todos lados
Y qué decir de los vecinos. Sin bien, la mayoría son extranjeros, algunos son de América Latina y otros pocos proceden de otros estados de México. La convivencia es excepcional y enriquecedora, con todos estos choques de culturas, aprendo demasiadas variantes de expresiones.
Podría decir, sin miedo a equivocarme, que cualquiera que hable inglés puede vivir en Playa del Carmen y en toda la Riviera Maya sin mayor dificultad. A pesar de ello, yo me he enamorado de este país, de sus paisajes, de su gente, su amabilidad, su cultura y poco a poco de su idioma.
Razón por la que en el noveno mes de mi nueva vida aquí (y haciendo caso a los consejos de Josi y Evoke Real Estate) decidí tomar clases particulares de español, más por gusto que por necesidad.